martes, 23 de abril de 2013

Campo literario de José Revueltas: nacionalismo y militancia política


José Revueltas nació el 20 de noviembre de 1914, en los setentas con motivo de su muerte se escribió sobre su integridad, su coherencia, el compromiso que asumió con la historia, se enarboló su dignidad  y su irreductible espíritu de lucha. La práctica escritural de José Revueltas abarca la novela, el cuento, la crónica y el guion cinematográfico, también realizó algunas incursiones en la poesía; fuera de la literatura escribió artículos periodísticos y ensayos histórico – políticos y teóricos.

Como ocurre con los escritores, las primeras críticas de las obras narrativas de José Revueltas  fueron reseñas y comentarios periodísticos de calidad dispareja; en el espacio de la academia apenas se estudiaban las narraciones revueltianas, la primera tesis es la de James East Earby de 1956, estudia a Revueltas junto con otros cuatro narradores y centra su pesquisa en las posibilidades de cada uno para poner en práctica los recursos del novelista estadounidense William Faulkner. A finales de la década de los setenta empezó a estudiarse seriamente la obra de Revueltas tanto en universidades nacionales como extranjeras. A la muerte de Revueltas, en 1976, se le dedicaron artículos, semblanzas y homenajes; en los años posteriores continuaron elaborándose tesis, ensayos y libros sobre su producción, sin embargo queda mucho por hacer. Una de las cuestiones poco abordadas en relación con José Revueltas es aquel que interpreta la figura de Revueltas dentro de un campo literario, tomando en cuenta su actividad política.

Bourdieu creó el concepto de campo literario que está relacionado con campo de poder, campo literario y habitus. Pierre Bourdieu estudió a Flaubert, a través de este estudio distingue por un lado la representación de la estructura del campo de poder y la posición de Flaubert en esa estructura, y por otro el esquema generativo que es la estructura fundamental del habitus de Flaubert, así el mundo social de Flaubert es la que produce este escritor, al mismo tiempo que es la sociología de la cual Flaubert es el objeto. Una de las preguntas que la ciencia de la cultura se propondría responder sería cuál es la estructura del espacio social en el cual el proyecto de un escritor fue generado; en opinión de Bourdieu, el enfoque del analista debe entender la posición del escritor, y así descubrir el principio de su obra. Para Bourdieu no se trata de preguntarse cómo un escritor viene a ser lo que es por una genética psico-sociológica; se trata de observar cómo la posición que ocupa llega a ser constituida. La propuesta de Bourdieu está diseñada para entender la génesis de las estructuras sociales en el campo literario y la génesis de las disposiciones del habitus de los agentes que están envueltos en estas estructuras. A través de Flaubert, Bourdieu postula la constitución de un campo literario autónomo, independiente de o aún opuesto al campo económico que se ejemplifica a través de la oposición bohemios contra burgueses y también la constitución de una posición táctica dentro del campo.

Para Bourdieu un campo es un universo social separado que tiene sus propias leyes de funcionamiento independiente de aquellas leyes de la política y de las leyes de la economía. La existencia del escritor, como hecho y como valor, es inseparable de la existencia del campo literario como un universo autónomo dotado con principios específicos de evaluación de prácticas y obras. De acuerdo con Bourdieu, para entender a un escritor primero se debe entender cuál es la posición que ocupa el escritor en el momento que se va a analizar, es decir, las condiciones sociales de la posibilidad de esta función social, del escritor como personaje social. Así, la invención del escritor es inseparable de la progresiva invención de un particular juego social que Bourdieu llama “campo literario”, el cual constituye su autonomía, esto es que tiene sus leyes específicas de funcionamiento dentro del campo de poder.

El campo literario es un universo social independiente con sus propias leyes de funcionamiento con relaciones específicas de fuerza, las obras literarias son producidas en un universo social particular y están dotadas de instituciones particulares. El campo literario es autónomo, está dentro del campo de poder. El campo literario ocupa una posición dominada en el campo de poder.

Este ensayo se enfocará en El luto humano de José Revueltas. Después de su primera novela Los muros de agua, José Revueltas se sintió seguro de su quehacer literario, en 1942 Revueltas ejerce su escritura en periódicos y revistas y además estaba en las filas del Partido Comunista Mexicano. Lo importante para formular los rasgos del campo literario es que para 1942 ya pertenecía el sector intelectual y que su actividad lo relacionaba con diversos grupos. José Revueltas colaboraba en El Popular que era considerado un diario de izquierda, también participaba en la revista Tierra Nueva que fue dirigida por Alí Chumacero, Jorge González Durán, José Luis Martínez y Leopoldo Zea, también en estos años publicó textos en Taller que fue una revista dirigida por Octavio Paz, Efraín Huerta y los sudamericanos Julio Cortázar y Nicanor Parra. En relación con su actividad política, asistía a reuniones de célula partidista, pero al mismo tiempo frecuentaba tertulias de escritores poetas, artistas de la época.

La novela, Los muros de agua de José Revueltas data del año 1941, en este relato deseaba revelar el encierro y la acción de los comunistas perseguidos. Entre 1930 y 1940 en la prosa latinoamericana se observa un resquebrajamiento del realismo tradicional, el ejemplo de la crisis del realismo tradicional en México es la novela El resplandor (1936) de Mauricio Magdaleno que incorporaba monólogos interiores y alteraciones cronológicas propias de la novela europea. Los escritores que iniciaron esa ruptura con el realismo tradicional tienen rasgos comunes como una vinculación con la realidad y las urbes en ciernes, un fatalismo contundentes, un lenguaje dirigido al pueblo, de tal forma que entre 1930 y 1940 se gestó un movimiento literario en México y Latinoamerica que se caracterizó por una desilusión de tipo ideológico por contacto directo y activo con algún movimiento revolucionario, estos escritores muestran las crisis económicas y el horror de la destrucción por las guerras de España (1936 – 1939) y Mundial (1939 – 1945). En México el rechazo al realismo tradicional fue denominado por Octavio Paz como “costumbrismo”, además los novelistas de la Revolución Mexicana habían agotado su particular visión del mundo y se hicieron prisioneros de sus propios temas, aunado a esto, los intelectuales descreyeron de la fortaleza y los milagros prometidos por la revolución que de pronto fue despreciada en forma velada. José Revueltas es uno de los primeros escritores mexicanos que postulan una literatura que refleje este cambio y que señale otros caminos posibles en la novela. Octavio Paz en un ensayo de 1943 titulado “Una nueva novela mexicana” hallaba en la nueva generación de escritores mexicanos indicios de querer romper con las propuestas de la novela de la Revolución Mexicana, así José Revueltas fue un ferviente impugnador de ese realismo trasnochado. Algunos críticos han clasificado la primera novela de José Revueltas como un género de “prisión política” de la abundante producción de literatura social que proliferó en las décadas del treinta y el cuarenta en Hispanoamérica, donde encontramos al peruano Juan Seoane con su novela Hombres y rejas (1936), los venezolanos Antonio Arraiz con Puros hombres (1938) y Miguel Otero Silva con Fiebre (1939) y el ecuatoriano Alfredo Diez Canseco con Hombres sin tiempo (1941). En México en 1939 la literatura de contenido social reflejó la vida del campesino y del obrero y la represión sistemática a militantes del Partido Comunista de México.

José Revueltas fue uno de los primeros representantes de la reacción antirrealista en las letras mexicanas, consideró que su novela Los muros de agua podía tomarse como una aproximación a su literatura y que formaba parte de un primer intento de poner en práctica un realismo dialéctico capaz de aprehender el movimiento de la realidad, esta primera novela se basa, en forma ficcional, en sus estancias forzadas en las Islas Marías en 1932 y en 1934, Los muros de agua anuncian lo que escribiría posteriormente y los asuntos que le importaban a José Revueltas que son indagar y profundizar en la debilidad y en los momentos límite del ser humano. El campo literario, por llamarlo de alguna forma canónico, en el que se inscribe José Revueltas es aquel que a pesar de la diferencia generacional entre ellos considera a Agustín Yáñez, a Juan Rulfo y a José Revueltas como los máximos innovadores de la prosa moderna mexicana por su penetración lírica como forma de indagación de la realidad nacional.

El año de 1943 fue importante para José Revueltas, en este año realizó un viaje a Sudamérica en compañía de Fernando Benítez y Luis Spota, pero lo más importante para Revueltas fue que en los años de 1942 y 1943 escribió y publicó su novela El luto humano, que se publicó en 1943 y recibió el Premio Nacional de Literatura.

En el año de 1943, Benítez, Spota y Revueltas fueron comisionados para cubrir un viaje en Perú, durante los días de ese viaje, Spota le dejó un fragmento de su novela Murieron a mitad del río que se publicó en 1948. En el viaje, Revueltas no dejó de pensar en su futuro como escritor, en esta etapa podemos observar afinidades con el nacionalismo, este nacionalismo puede ser producto de los años treinta y cuarenta, además deseaba emprender una travesía por el ser del mexicano a través de la historia de México, una declaración importante en estos años es aquella en la que considera que los comunistas quizá hayan sido una fracción equivocada del pueblo mexicano (Abreu 159), esta declaración fue hecha cuando ya había sido expulsado del Partido Comunista Mexicano, y es importante resaltar que con El luto humano, José Revueltas obtuvo reconocimiento literario. La producción de Revueltas en los años cuarenta es variada, sin embargo sólo fue reconocida su novela El luto humano. En 1943, Revueltas trabajaba en El Popular donde escribía notas de libros, críticas de cine, artículos políticos y reportajes, en este año, El luto humano ganó el Premio Nacional de Literatura y fue calificada como la mejor obra extranjera en el concurso de la editorial neoyorquina Farrar & Rinehart y se tradujo a tres lenguas y fue objeto de estudios en México y en el extranjero.

En la cultura nacional, la primera crítica literaria sobre El luto humano fue la de Octavio Paz, quien reconoció méritos en la novela y aseguró que se trataba del tipo de literatura que necesitaba México. Para Ermilo Abreu Gómez, José Revueltas y Francisco Rojas González eran los novelistas más destacados de los cuarentas, junto con Agustín Yáñez con su novela Al filo del agua (1947).

La novela El luto humano recupera pasajes de la Revolución Mexicana y de la guerra cristera, así otro campo literario que atraviesa esta novela es el de la novela de la Revolución Mexicana. Revueltas pertenece a esa generación de escritores que concibió la Revolución Mexicana como un movimiento de liberación nacional, a partir del cual era posible hablar de una cultura, una psicología y un espíritu mexicanos. Revueltas califica a la Revolución como una lucha “democrático – burguesa”, pero en El luto humano la describe como tragedia; así en este campo, Alfonso Reyes y Octavio Paz hicieron una mística de la Revolución Mexicana, para ellos era un beneficio espiritual y material que recibió con júbilo el país.

El otro campo literario es el representado por la novela de la Revolución Mexicana, en el cual Azuela, López y Fuentes y Martín Luis Guzmán describen la Revolución Mexicana como un movimiento sin dirección; Revueltas ofrece la visión de una Revolución Mexicana degradada.

Otro aspecto interesante para el análisis del campo de poder en la ciencia de la cultura de Bourdieu es el aspecto de la militancia comunista de José Revueltas. Cuando Revueltas escribió El luto humano era miembro del Partido Comunista Mexicano, en la novela, la actitud asumida por los comunistas es religiosa y está impregnada de una fe y una mística atormentadas que ponen en entredicho la existencia de Dios. Los comunistas de El luto humano, Natividad y los huelguistas, revelan bondad, resignación, religiosidad, su movimiento se basa más en la fe que en la decisión política, se trata de un puñado de militantes guiados por una mano anónima y que son similares a los miembros del Partido Comunista Mexicano de los años treinta, tanto los militantes del Partido descrito en El luto humano como los comunistas de la realidad que se organizan, militan y mueren.  

Bibliografía:

Bourdieu, Pierre, “Segunda parte. Fundamentos de una ciencia de las obras” pp. 263 – 416, en Las reglas del arte: génesis y estructura del campo literario. Barcelona: Anagrama, 1995. 514 p. Tr. Thomas Kauf. Colección argumentos; 167. Traducción de Les règles de l´art. Genese et estructure du champ lettéraire.

Ortega, José, “José Revueltas: dos aproximaciones” pp. 9 – 19 en La palabra y el hombre, Revista de la Universidad Veracruzana, n. 46, abril – junio de 1983.

Revueltas, José. Los muros de agua. 1941. Vol. 1 de Obras Completas [OC]. 26 vols. México: Era, 1981.

_____. El luto humano. 1943. Vol. 2 de Obras Completas. 26 vols. México: Era, 1980.

Ruiz Abreu, Álvaro, José Revueltas: los muros de la utopía. México: Cal y arena, 1992.

________________, “Génesis de Los muros de agua” pp. 83 – 97, en Negrín Muñoz, Nocturno en que todo se oye: José Revueltas ante la crítica. México: Era, 1999.

 

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